Amad@s Maestr@s. Hace mucho tiempo que no os cuento mis aventuras por este extraño planeta. Tampoco hace falta, puesto que sois testigos cada día de lo que sucede.
Por fin empiezo a salir de aquellos largos 40 días y 40 noches en mi infierno y desierto particular. Así empecé el 2014, hasta el 14 de febrero, día que aquí se llama de los enamorados.
Algo ocurrió dentro de mi que me sacó de esa pesadilla. Fue como un tsunami interno, mis fusibles se fundieron, me quedé sin luz. Perdí la ilusión, la motivación, incluso las ganas de vivir, nada tenía ya sentido, solo quería volver a casa.
Seguro que mis herman@s han vivido alguna vez algo así. Solo pasando por ello he podido comprenderles, en esos momentos de oscuridad interna.
Al principio no comprendí la razón de esta vivencia, sin embargo se aprende así también. Llegas abajo a lo más profundo de ti mismo y cuando te invade esa vacío es cuando tomas consciencia de que TE HAS ABANDONADO. Todo este tiempo atrás has estado volcado en los demás. ¿Qué ha pasado contigo? ¿Cuánto tiempo, caricias, comprensión, mimos te has dedicado?
Entonces vuelves a darte cuenta de que ese Primer Mandamiento, esa Primera Regla de Oro Universal ha sido incumplida: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.
Por más que nos lo digan: “estamos hechos a imagen y semejanza del Creador”, es decir que somos “dioses encarnados”, a la vuelta de la esquina, a la mínima distracción ya lo hemos olvidado. No nos amamos por encima de todas las cosas, más bien, nos olvidamos de nosotros por encima de todo.
Si no logramos integrar y vivir en base a esta primera Ley, de las demás ni hablamos.
Este letargo me ha servido para detectar este fallo interno y reiniciar. Ya no empiezo el día como un borrego, como un robot que se pone a hacer y hacer sin rumbo…que no tiene propósitos personales que le motiven y que le ayuden a sentirse bien consigo mismo.
¿Qué voy a hacer para mi hoy? ¿Qué planes y acciones tengo hoy para sentirme en paz, para activar la alegría y sentirme libre? Ahí ando…que no resulta fácil porque ya sabeis la cantidad de distracciones que tenemos cada instante. Sin esta premisa, Ayudar a los demás es una utopía…
Por no hablar de los programitas que nos han instalado!!! Uno de los que últimamente me han llamado la atención es: el programa de la Seriedad.
Solo tienes que subir al metro o al autobús por la mañana para ver los caretos del personal. No nos miramos ni a los ojos y si lo hacemos es con una seriedad que te hiela la sangre. ¿Qué nos ha pasado? La ALEGRÍA es un programa inherente a nuestra existencia.
Pero si te ries te miran como si estuvieras loco. ¡Cómo te atreves a reírte chaval! Aquí lo que se lleva es la formalidad, la responsabilidad, la perfección…adiós a la creatividad, al caos ordenado, a la improvisación, a ser como eres, eso está fuera de este orden social…asi es que cada vez que esto sucede me he creado un ficherito mágico que llevo en mi móvil para desprogramar esa horrible programa que nos separa de nuestra verdadera esencia…¿quieres escucharlo? Si te interesa puedo enviarte un enlace para escuchar estas risas (lo he intentado subir a esta página pero pesa mucho, asi es que intentaré reducirlo para enviártelo).
Cuantas más veces lo escucho mejor me siento…cada vez que me pillo en una de estas programaciones que hacen que me lo tome demasiado en serio, lo escucho o me pongo a reir…al principio me tenía que FORZAR…podeis imaginarlo? FORZAR LA RISA…o tener una RAZÓN para reírte…esto es muy fuerte…ya no sabemos reir, ha dejado de ser algo innato para tener que buscar RAZONES!!!
Habría que emitir risas en esterero cada segundo por todas las ondas y emisoras para dejar de creerse tantas bobadas y discursos que no sirven para nada.
Reirse es mucho más divertido.
Es el método más potente para subir la vibración y la tristeza, la perfección, la seriedad, el exceso de formalidad matan sus efectos sanadores naturales. Asi es que podemos elegir: ponernos nuestras máscaras de personas serias y formales cada día o empezar a partirnos de risa, sonreir para vivir más felices.
Al reirme me he dado cuenta que se rompen esas camisolas de fuerza, esas abrazaderas y grilletes metálicos que nos impiden ser libres…las corazas caen por su propio peso, ¡qué alivio! A REIR, pues…
Y qué decir de la espiritualidad…qué aburridos…los más serios…esa no es la auténtica espiritualidad…tantos dogmas y teorías, cuantos tecnicismos para la mente ¿y el sentir?…hay que llegar a un equilibrio compensando lo sagrado y divino con la risa, la diversión, el juego. Cuando te crees muy espiritual, te aburres de ti mismo.
Estas son mis metas para el 2014: quitarme esos corsets que me apretujan y me impiden respirar para reir más sin necesidad de buscar razones. Asi es que VIVA LA RISA.
Hasta pronto.
Harxhelish